Yo, flexibilidad, cero
Si os contara la de veces que he escuchado «yo, flexibilidad, cero» o «estoy hecho/a un palo» en las sesiones de yoga con mis alumnos, no lo creeríais. Y sí, cada cuerpo es un mundo, así lo expresamos e inconscientemente nos establece este pensamiento en nuestro interior. Pues aquí, viene una verdad que tal vez ya hayas escuchado y ojalá hayas sido consciente.
A través del yoga, es más probable que moldees tu mente y dichas ideas preconcebidas, que tu capacidad corporal de ser flexible. Es más, a mayor flexibilidad en tu mente, mayor flexibilidad en tu cuerpo.
En este segundo post, te invito a realizar un ejercicio muy sencillo para aumentar tu flexibilidad. Haremos referencia a este concepto mental, “ser más flexible contigo mismo o contigo misma”. Al realizar tu práctica de yoga, no dejes invadir tu mente por esas ideas que te cierren la puerta a la práctica, a experimentar, a crear tu verdadero hecho empírico y responder a la hipótesis de “yo, flexibilidad cero”.
Todos estaréis pensando la facilidad con la que escribo estas líneas, pero me gustaría que también fuerais conscientes de que como alumna también estoy ahí durante la práctica. Como recomendación, os sugiero practicar la meditación guiada. Es una práctica densa y lenta, lo reconozco, pero reconforta, creedme. Sana y oxigena la mente más de lo que creemos ser capaces de hacerlo. Te invito a conocer un poco más de este estilo por si aún no te has decidido por cual empezar. Meditación guiada
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